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Halloween en México: Del consumo social al Reto Logístico.

  • Foto del escritor: Siticob La Revista
    Siticob La Revista
  • 1 oct
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 7 oct

De la televisión a los anaqueles.


Halloween comenzó a introducirse en México en los años ochenta, gracias a la influencia de la televisión y la migración. Programas estadounidenses como “Los Monsters”, entre otras películas que trataban el tema; así como familias que regresaban del norte popularizaron el

“dulce o truco”. Su entrada no fue tan sencilla, ya que sectores religiosos

rechazaron este evento, ligándolo a símbolos oscuros. Sin embargo, con el TLCAN en 1994, el flujo de bienes y cultura estadounidense multiplicó la presencia de Halloween en el país. Así como la entrada a cadena nacional de más series que comenzaron a popularizarse como

“Historias de la cripta”, ”Escalofríos o ¿Le temes a la oscuridad?“. Para los 2000´s, ya estaba consolidado en plazas comerciales, supermercados, colonias, incluso en escuelas y oficinas; coexistiendo con el Día de Muertos, sin sustituirlo, pero con un enorme impacto económico y logístico.


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Cadena de suministro en modo nocturno.

La logística de Halloween comienza con 4 a 6 meses de anticipación:


Disfraces y decoraciones: los pedidos a fabricantes (principalmente en China y EE.UU.) suelen colocarse desde mayo o junio. Esto garantiza espacio en barcos, coordinación aduanal y entrega en centros de distribución a tiempo para surtir tiendas a finales de septiembre.


Dulces y chocolates: la industria confitera mexicana comienza a ajustar su producción desde julio, anticipando el repunte. Los mayoristas planifican envíos escalonados para evitar quiebres de stock en la última semana.


Calabazas y utilería temática: en agosto ya se organizan los lotes de diversas variedades de calabazas importadas, así como de producción nacional, que requieren transporte especializado y almacenaje controlado.


Para retailers y cadenas logísticas, Halloween significa modo peak season: pronósticos más finos, almacenamiento temporal, transporte extra y hasta “zonas Halloween” en centros de distribución.



El monstruo comercial.


  • Tiendas departamentales y de autoservicio, con exhibiciones temáticas y promociones como “ventas de miedo”.

  • En e-commerce se ofrecen envíos exprés de disfraces, decoración y hasta snacks.

  • Los sectores no relacionados como tecnología y hasta muebles, se suben a la ola con descuentos “de espanto”.

  • Se organizan eventos temáticos en cines, bares y hasta bailes masivos que generan ingresos extra.


Detrás de cada aparador hay proveedores coordinando embarques, etiquetado, reabasto y devoluciones en tiempo récord.


Consumo que endulza… y presiona.


El lado social también juega su papel:


  • Niños disfrazados multiplican la demanda de dulces.

  • Fiestas privadas y bares elevan el consumo de snacks y bebidas alcohólicas. Y la decoración para hogares y oficinas se convirtió en hábito comercial.

  • Se calcula que el gasto por familia en Halloween oscila entre 500 y 1,000 pesos, con dulces y disfraces como los productos más demandados.


Cuando los datos se disfrazan de oportunidad.


  • Según al CONCANACO en el 2023 y 2024, Halloween y Día de Muertos juntos dejaron una derrama de 22 mil millones de pesos en México.

  • Se generan alrededor de 20,000 empleos temporales por la temporada.

  • El gasto promedio en un disfraz ronda los 850 pesos,

  • mientras que en dulces y decoración es de 557 pesos por persona.


Una tradición adoptada y adaptada.

Halloween en México no sustituyó nada: se sumó. Encontró su lugar en plazas, colonias y centros comerciales, y hoy representa un desafío logístico, un espectáculo de marketing y una oportunidad económica.


Y aunque detrás de cada máscara o calabaza hay barcos, tráileres, bodegas y sistemas de inventario trabajando en silencio, para el consumidor final todo se reduce a una noche: tocar puertas, reírse del miedo y dejar que la logística haga su magia.



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